Soy el eterno niño
de las orejas puntiagudas
el duende del cariño
el de las palabras desnudas.
Soy la sonrisa eterna
ataviado en mi traje verde
soy la mirada tierna
que en mi nace y en ti se pierde.
Tu eres mi Campanilla
la de alas luminosas
luna, que eterna brilla
arrullo de una mariposa.
Tu eres el hada alada
la que el rocio espolvorea
la lluvia plateada
que hace que volar fácil sea.
Contágiame alegría
Ninfa que de tus alas nieva
cúbreme de armonía
Sílfide que en tus alas llueva.
Esparce en mi tus gemas
perlas,zafiros y diamantes
y seremos poemas
que vuelan hacia el alba errantes
Buen Destino...
Ayyy, Peter, que se te va a caer el sombrero con tanto arrumaco... Bello, muy bello, eterno infante:::)))
ResponderEliminarMe alegra que te guste mi querida Sara;sobre todo porque tu estilo es mas realista, y comprobar que te dejas atrapar por una fantasía bucólico/infantil; le da mas valor al relato para mi. Un fuerte beso y gracias por comentar
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